Neko

viernes, diciembre 16, 2005

La primera etapa

Luego de haberme desvelado hasta las 2 de la mañana llenando mi mp3 de música, me paré a las 5:30 y terminé con las cosas que quedaban pendientes. La lycra se secó bien afortunadamente y no tuve frío al ponérmela. Salí de casa a las 6:30am y llegué a muy buena hora, y como a los 10 o 15 minutos llegaron papá y mariana con las maletas. Había mucha gente desconocida, obviamente saludé a los que conocía: el bajaditas, freeman, miguel, felix, gohan, lino, sasha y algunos mas, aunque porcentualmente era poca la gente que conocía.

Al poco rato llegó mi hermana, caminando como pollo espinado luego de bajarse de su bici, la gente comenzó a saludarla con sorprendente cariño. Luego de una no tan corta espera (social) pasamos a la panadería a comprar bolillos para la comida de mas tarde y la gente nos veía muy extraño, particularmente la señorita de la caja. Hacía ya tanto tiempo que no vestía el disfraz de ciclista que me había desacostumbrado a él, y también a los tenis que había abandonado desde que quedaron irremediablemente manchados.

Luego de una laaaaarga espera salimos del Zócalo de Cuernavaca hacia Paso Morelos aproximadamente a las 8:30 am. 98 kmts es el recorrido durante esta etapa , la cual consiste en una gran bajada desde que salimos hasta poco después de Xochitepec, donde después del retorno comienza una breve subida (unos 3 o 5 minutos) para nuevamente ponerse plano o en bajada. La primer parada fue en la gasolinera que está un poco antes de la caseta de Alpuyeca, después de la cual vuelve a haber bajadas hasta Puente de Ixtla. Allí en la gasolinería ady llegó muy lento pues el cambiador de su bicicleta se había amolado y los mecánicos no pudieron componerla, así que terminaron dándole otra que estaba en mejor estado.

Desde aproximadamente medio día, la señal me llegó: el mostro estaba tocando el timbre, pero en pleno descampado o con la opción de pasar a los baños de la caseta como que no me inspiró confianza y reprimí mi necesidad hasta que pudiera ser satisfecha de una forma mas agradable.

En el camino platiqué con Areli. Interesante mujer de 34 años, activista de green peace y bien versada en su trabajo, simpática, extrovertida e inteligente, me cayó bastante bien. Aproximadamente a esa misma hora, me dí cuenta que una persona que yo había tomado por “él” era “ella” e internamente me dio mucha risa que yo que tengo tanto cuidado en ésos detalles, no hubiera sido suficientemente observador.

Se trataba de una chica alta y delgada, con el cabello corto y la piel clara que parecía ser extranjera. Andaba muy callada y fue una vez que se bajó de la bicicleta cuando me dí cuenta de que su fenotipo y sus ademanes no eran propios del género que yo pensaba. Claro que además llevaba lentes y casco pero.... cómo decirlo... ehmmm... así de buenas a primeras ese par de características que inmediatamente delatan al género femenino no era notorio. En fin, no supe su nombre hasta más adelante.

El contingente rodó homogéneo hasta la salida a Tequesquitengo, con pequeñas paradas para compactar, después del kmt 149 de la Autopista las subidas mas pesadas se hicieron presentes. En bastantes ocasiones salimos al final del contingente y llegábamos a los 2 o 3 minutos de que la parada se había hecho oficial.Ya en el estado de Guerrero, llegamos al puente colgante Quetzalapa donde comenzó la ultima y mas cansada ascensión para después de una gran bajada llegar a la caseta de Paso Morelos, donde en el pueblo cercano , en la casa Ejidal se instaló el Primer campamento.

Una vez en el área de acampado, luego de apartar apresuradamente nuestro lugar y bajar las maletas, comimos unas tortas de atún, pero al intentar montar la tienda descubrimos que su diseño no es estructural, si no de los que necesitan tensión, así que instalamos la casa de campaña en la tierrita en donde se podían clavar las estacas. Víctor (el cicloberrinches) andaba ofreciendo un baño especial a las mujeres, mismo que el año anterior fue concedido amablemente por una amable anciana que vive a unas pocas cuadras del campamento. Con el pretexto de acompañarlas nos colamos él y yo, concediendo prioridad a ellas. Eran Dolores, Yaritzi y mi hermana y por ése orden entraron. Mientras se bañaban, platiqué con Yaritzi primero, que decía estar extenuada, con Dolores después, muy optimista (y quién sabe de qué platicamos) y finalmente con Víctor.

A mi compañero le entró el remordimiento y fue a buscar a la mujer que faltaba pues las otras 2 o 3 habían declinado el ofrecimiento, y regresó a los pocos minutos con ella. Al margen de la conversación escuché algunos detalles que fijé en mi memoria, principalmente la conversación giró alrededor de Marisol, esposa de Víctor y el inminente bebé que llegará dentro de medio año. No pasó mucho tiempo y mi hermana salió, habiendo batido el récord de tardanza hasta ése momento y entonces le cedimos el lugar. Sabina es su nombre y curiosamente con pena el ofrecimiento aceptó.

Para ése momento mi resistencia estaba al borde del fracaso, reprimía exitosamente la “danza de las ganas” para no ser tan obvio pero las caras no eran tan fáciles. No pudiendo soportar más, me decidí a liberar a Willy al enterarme que sí había wc, pero con horror cuando entré me di cuenta que un delgado muro a Sabina y a mí nos separaba, y para terminarla unos amplios orificios junto al techo de 1.6m de altura comunicaban las dos partes. Ni papel llevaba pero afortunadamente el rústico baño lo tenía. Por horas ya había reprimido las ganas con voluntad y ahora venía el pudor. Si me descuidaba podía verla y eso era peligroso para una persona que no conozco, además del conflicto con mi código ético y por si fuera poco, dichos orificios no sólo comunicaban el sonido y la luz, si no también el olor... Con terrible pena cagué y Sabina tuvo que aguantar mis nada discretos olores, pero me obligué a superarlo rápidamente y cuando ella salió no comentó nada...

Al regreso en el campamento ya quería cenar cuando el buen diablo me mandó llamar. Una cuba fue el ofrecimiento acompañada de un muy buen momento y aunque la sed no pudo aliviar, fácilmente con mi leche la pude mitigar.




















(Hacer click para aumentar la foto)
Fin de la primera etapa: la caseta de paso morelos.
De izquierda a derecha: El potosino, el diablo, sabina, freeman, gabo, bety, feliz, y finalmente y de puro churro, mi hermana y yo estamos los 2 de rojo en el fondo. El último lugar en la derecha lo ocupa Yaritzi.

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