Neko

lunes, septiembre 13, 2004

Historia de un amor. Tercera parte

Pues ése segundo día, en la noche salimos los "lazarenos" (los amigos de mi hermana, que también son amigos del novio de mi hermana que se llama lázaro) y yo para ver a las tortugas deshovar, no encontramos dada, pero en cambio nos tocó ver un meteorito gigante, fue una gran luz de color aguamarina, que iluminó tanto como un rayo, pero a diferencia de éste, duró como 8 segundos. Nos tocó el superchurro de estar acostados en la arena después de una caminata como de 45 minutos, lo vimos desde que salió hasta que se rompió en pedazos, muy cerca del horizonte, y además, nos tocó extremadamente cerca pues entre todos estimábamos que cayó como a 4 kilómetros.

Nos regresamos totalmente emocionados. La probalilidad de que un evento como ese sucediera tal como aconteció era extremadamente baja, incluso a la vista de los astrónomos. Cuando íbamos llegando al campamento, encontramos a varias personas en torno a la fogata. Ella también estaba allí, así que aprovechando la interrupción que habíamos causado al llegar, les platicamos lo que vimos. No nos creían, y ella personalmente se acercó a mi para que le platicara mi versión. Estaban bebiendo, y por lo visto ya tenían un rato así.

Ella se veía alegre y deshinibida, pero mientras estuve platicando con ella, siguió bebiendo. Como a la media hora, perdió el control de sus impulsos y se me trepó. Me tenía controlado pues me sujetaba de los hombros con las manos y estaba sentada en mi.... yo no tenía modo de quitarme, lo intenté, pero no funcionó. Como era de imaginar, me echó todo el choro: que yo le gustaba mucho, que me había visto desde que salimos, ¡que quería pasar la noche conmigo!. ¡Increíble! o por lo menos eso pensé. El conflicto nació dentro de mi.

Por una parte esta chica me gustaba muchísimo y ciertamente estar con ella sería agradable, + que agradable, maravilloso!, por otra..... estaba borracha. Con el estado de intoxicación en el que ella estaba, casi casi me exigía una respuesta afirmativa, y yo que casi no había andado en ambientes de borrachos no sabía como manejar la situación. Total, después de mucha insistencia le dije que sí, pero en cuanto me levanté me arrepentí del todo. Ya estábamos caminando hacia mi tienda y yo no sabía como evitarlo, así que puse mi mente a trabajar.

Dentro de mi tienda, ya sin blusa y dispuesta a todo, su nivel de intoxicación subió mas allá de lo que su cuerpo podía resistir, así que comenzó a perder el control y dejó de moverse. Me acordé entonces de la secundaria, cuando mis compañeros se tomaban sus tragos de hidalgo y luego se sarandeaban, así que se me ocurrió mecerla para acelerar su "caída". No fue tan difícil, pues tan solo la abracé y la empecé a menear, y en menos de un minuto, me dijo: "me siento mal". Ya en el piso y completamente intoxicada me dijo: "quiero vomitar" y comenzó a arrastrarse a la entrada.

Yo no podía dejarla salir como estaba, así que tomé una de las playeras de mi maleta y se la puse, como ya podrás imaginar, le quedaba enorme. Entonces si, le ayudé a salir y me di cuenta de que aunque está chiquita está bastante pesada, me costó un trabajísimo sacarla, y ya cuando estábamos en la arena, como a metro y medio de mi tienda, vomitó. Era poquito, pero tenía ese característico olor a alcohol. Después de vomitar se quedó quieta, así que aproveché para ir por su "mejor amigo", Lino Palacios para que me ayudara a meterla a su tienda.

Con ayuda de otro colado, la metimos a su tienda, y el colado me vió tan triste que me llevó a dar una vuelta, me intentó lavar el cerebro, pero olvidó el corazón, por lo que su intento no funcionó. Regresé a la tienda y allí seguía Lino. La estaba cambiando pues mientras yo daba la vuelta ella volvió a wacarear pero además perdió el control de esfínteres, así que Lino estaba completamente asqueado. Puedo afirmar que tengo buen olfato y lo que me extrañó fue que el olor no me resultó ofensivo en absoluto. Me dormí fuera de su tienda con él, que estuvo como hasta las 5 am y luego se fue a la suya.

Algunas veces me he desvelado así y conozco mis reacciones físicas: cansancio, frío, malestar, debilidad, sueño, etc. Así que cuando el sol me despertó como a eso de las 6 de la mañana, me metí a mi tienda, dormí como otra hora y luego me fui a bañar. Como no tenía mucho que hacer, ni muchas ganas de hacer algo, me puse a areglar mi tienda, después del desastre del día anterior no estaba muy bien. Descubrí mis lentes rotos en un rincón con tristeza, había un buen de arena y también estaban su blusa y shorts. Comencé a pensar en que le iba a decir, como la iba a ver, etc, pues después de una situación así las cosas definitivamente no pueden seguir igual...

Ella despertó como a las 8 y cuando oí que estaba saliendo de su tienda, me apresuré a devolverle su ropa. Para mi pesar, evitó mirarme, aunque ahora que lo pienso era mas que lógico. Los amigos de mi hermana querían ir al banco y las malas lenguas ya se habían encargado de esparcir información errónea pues ellos me miraban con ojos pícaros y con cierta complicidad. ¡Que mirada tan incómoda! Pues total, decidí acompañarlos así que me puse el uniforme y me trepé a la bicicleta, ellos se iban en una camioneta junto con otros tantos así que yo los seguí.

En el camino me encontré con un defeño con el que no había platicado así que nos fuimos pedaleando juntos hasta el malecón. Hasta ese momento no había desayunado nada en absoluto, ni agua pues mi hermana que ya se había regresado a cuernavaca se llevó todo el dinero. Allí el organizador del evento me invitó una cerveza y se me subió feísimo, extrañamente cuando fui al baño se me bajó igual de rápido. Terminé durmiéndome un par de horas en una hamaca y como a eso de las 3 de la tarde ya me quería ir. Ni siquiera tenía dinero para comer, así que me quería regresar YA. Comencé a juntar a algunas personas para regresarme pues el tal Remi (el organizador) no me dejaba hacerlo solo.

Originalmente éramos como 5 pero a la mera hora (las 4) se rajaron 2 así que solo regresamos 3 y llegamos como a las 4:30. Tampoco tenía algo que hacer allí, así que me dispuse a perder el tiempo, en eso ví al abuelo, un sr. de como 73 años ¡que llegó pedaleando! y me echó un choro. Ella iba pasando por allí y yo quería que el abuelo terminara de chorearme para hablar con ella. Me safé de la conversación como pude y cuando ella estaba a punto de escapar, la tomé de un brazo y le dije: "espérame tantito, quiero hablar contigo".

La palapa estaba casi vacía y yo no estaba dispuesto a decirle lo que ya había pensado con otras personas escuchando, así que me la llevé aparte, a uno de los troncos que los ríos arrastran y las mareas terminan empujando a la playa. "Lo que hiciste el día de ayer fue verdaderamente triste. Es doloroso ver a una persona autodestruirse así, y aún mas deprimente cuando hay afecto hacia esa persona." le dije. Entre otras cosas, no le dije exactamente que es lo que hizo además de emborracharse, pero si que me gustaba y que me había lastimado y que esperaba un comportamiento mas congruente en ella para consigo misma al menos. La plática tocó a su fin al ponerse el sol, curiosamente las circunstancias estaban conspirando para proveernos de un bello momento romántico, pero en eso quedó.

Yo seguía sin haber probado alimento desde la comida del día anterior y comenzaba a sentirme mal, pero no tenía dinero y me cuesta muchísimo trabajo pedir (y no solo dinero si no cualquier cosa), así que me dispuse a hacer lo que sí podía: nada. Había por allí algunos conocidos, así que la perspectiva de platicar con ellos me pareció mejor y me llevé una silla con ellos. Ya había oscurecido y yo ya me había aburrido, en realidad ya estaba fastidiado de su compañía y su vana conversación, así que me retiré a dormir pero no tenía sueño, eran las 8 pm. Me acosté con la cabeza cerca de la puerta, y estaba bastante incómodo, así que cuando oí un ruido cerca de mi tienda, me desperté de inmediato. Era ella. Había ido a "buscar una lámpara" pero como me vió dormido no me quiso despertar, cuando salí allí estaba ella.

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