Neko

lunes, octubre 23, 2006

Vaya! Que extraña situación. Tan rara que no se cómo enfrentarla. Quiero hablar con papá. Sé los temas que siento necesidad de hablar, pero no se cómo se lo voy a decir. Se trata de eso, de estructurarlo, de ordenarlo, organizarlo, aclararlo, reforzarlo.

No me siento culpable por mi "fechoría". No siento que haya hecho algo mal. No me siento traicionando confianzas. Lo que hago puede no ser ni lo mas recomendable, ni lo mejor de las opciones por las que puedo optar, pero las decisiones que tomo son pensadas con sus respectivas implicaciones a mediano y largo plazo. Si bien sé que eventualmente podría haber problema con ello, no es por menso que las escojo, si no precisamente por que estoy buscando encontrar una solución a todos esos pequeños conflictos que me comienzan a agobiar.

Me pregunto si de estar en un momento de mayor estabilidad estaría haciendo las cosas que hago, tomando las decisiones que tomo. No, estoy seguro que no en todos los casos escojería lo mismo... pero el conflicto es bueno, me saca del estancamiento, me hace pensar, aprender, observar, estudiar, analizar, introspeccionar, relacionar, intentar entender, etc.

Me siento un poco triste por todo lo que debería ser, desesperado por no encontrar la manera pacífica de lograrlo, impotente de que la situación se salga de mis manos y se vaya en direcciones que nos afectan a todos. Con todas estas emociones habitando mi corazón y otras tantas que no anoto aquí, estoy saturado. Me siento atraído hacia muchos lugares al mismo tiempo: quiero escribir, quiero pensar, quiero dormir, quiero olvidar, quiero solucionar mis problemas y al mismo tiempo quiero dejar de existir para que no haya problemas que resolver. Quiero sonreír por las bendiciones que plagan mi vida, quiero llorar todo el llanto contenido en mas de diez años. No se por cual decidirme. El tiempo pasa y su velocidad me pone nervioso... no estoy viviendo a la misma velocidad que mis sentimientos, no tengo tiempo para todos ellos, se me escapan como fina arena entre los dedos. Tengo miedo de olvidar, de no aprender de ellos, de ser ignorante y desperdiciar la oportunidad, de decepcionarme a mi mismo, de no estar a mi altura, que lejos de no ser lo que quiero ser, no ser ni si quiera lo que digo ser.
Opto por hacer oración pero me distraigo. Necesito relajarme pero ya me tengo que ir. Tendré que posponer todo esto y dejarlo para cuando haya tiempo... ¿cuándo será eso?

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