Neko

martes, mayo 10, 2005

Vaya que fue un día inusual. Día de las madres, y definitivamente no suelen ser así: Para empezar, en la escuela no avisaron que no iba a haber clases hasta las 7 de la noche, y para colmo, todo lo demás del día dijeron que sí habría. Malditos. En fin, el caso es que tenía clase a las 7 y llegué para encontrar la puerta cerrada. Había dormido relativamente bien, pero no había podido descansar completamente y me hubiera gustado dormir mas. Después de despotricar y hacer mi mejor intento por no ponerme de malas, aproveché la ocasión para visitar a mamá, finalmente ya estaba cerca, así que esperé la 17 y le caí. Cabía la posibilidad de que ya se hubiera ido, pues tiene que dar clases, pero afortunadamente estaba allí. La breve visita duró poco mas de media hora, pues se tenía que ir a las 8:30, pero el tiempo alcanzó para ponerla de buenas. Ella tenía clases, así que llegué al taller para que me dieran raid a compunet, después de negociar con papá para que me recogiera.

Después de contestar algunos mails, me puse nervioso y le pedí a Leunar que le hablara, con todas las indicaciones necesarias para que pudiera dar un buen recado y hubiera un aceptable flujo de información. Después de un par de minutos, volvió a entrar a Internet para decirme que mi papá todavía estaba trabajando, pero cuando terminara pasaría por mi. Pasó el tiempo y me volví a poner nervioso, así que ya que Leunar se había ido, le pedí a Alan que me hiciera el mismo favor, y para mi sorpresa pero el muy malvado me dejó allí, ya estaba en Tres Marías. No me faltaron razones para enojarme, sin embargo no me enojé tanto como merecía el asunto, así que le volví a pedir a Alan que ahora le hablara a mi tío Arnoldo. Él propuso que tomara un taxi y él me lo pagaba acá en casa, pero en lo que junté mis cosas llegó junto con su mamá y Beyda. Mi tío me dijo que las regresara a su casa y que le pidiera a Cata de comer, y me trataron muy bien, pero en el camino, me sinceré con la abuelita de mis primos y sospecho que le dio tristeza cuando le dije que no estaba acostumbrado a que me trataran tan bien como lo hacen en Compunet, que ésa era una de las razones por las que iba de vez en cuando, y entonces me dio $200. Con ese dinerito ya me alcanza para todo el dvd y hasta para una mensualidad del telecable. Regresé a casa completamente down y en lo que pensaba que hacer me dormí, pero no pasó mucho rato antes de que hablara mamá pues tenía un problema con su comp. Cuando colgó, no pasó mucho tiempo antes de que hablara mi tío para invitarme al cumpleaños de Cata, y cuando terminó la fiesta, me quedé platicando con mi prima Katy. Ya tenía muchos años que no platicábamos así, así que fue un grato momento que brilló por su escasez

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