Después de salir de clase, me fui a la cafetería pues no me gusta llegar muy temprano a la casa. Allá también fue mi maestra Adda y pidió su desayuno, y en eso, en lo que los dos estábamos allí, surgió una plática acerca de las similitudes existentes entre las personas de las carreras, las características de los alumnos, y fue cambiando hacia el tema de las fiestas. Allí ella comentó que en las reuniones de maestros, los de ingeniería se quejaban de la falta de interés de los alumnos y los de licenciaturas tenían temas mas densos como alcoholismo, toxicomanía, embarazos no deseados, satanismo, etc. En eso, iba llegando Luz, y mas tarde me confirmó que alguna vez que había ido a una fiesta de diseño, había en una mesa una amplia selección de tóxicos para los asistentes. Eso me impresionó mucho, pues para empezar, no resultan ser baratos como los refrescos, además de que probablemente no pedían “coopera”, lo cual indica una cantidad de dinero que excede mi imaginación, al menos en el presupuesto para fiestas.