Neko

sábado, julio 31, 2004

Pestilencia

He olido a mi padre: semen. ¡Que olor tandesagradable!, revuelve el estómago, es repulsivo. Espero nunca oler así, y si me sucede, que nunca sea tan penetrante.
Esto del buen olfato ya no se si es bendición o maldición.

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