Resumen del año 2000
Cuando entré a tercero me decidí por área 1, que estaba supuestamente enfocada a ingeniería, lo que quería estudiar. Mis únicos dos amigos restantes entraron a área 2, que tiene las casi las mismas materias, la única diferencia es biología y química en lugar de dibujo técnico. El grupo que me tocó fué un desastre, el clásico incontrolable, desmadroso, detestable, señalado y repudiado. Los maestros pues los conociste todos. Laura de cálculo, Trini de dibujo, Emilio de laboratorio de física, etc.
Para variar, no me llevaba mucho con la gente de mi salón, y aunque con casi todos llevaba la fiesta en paz, Burgoa entró ese año a ese grupo, y si antes era un fastidiosito imagínatelo con algunos años extra de protagonismo, egocentrismo y prepotencia. Se le ponía al brinco hasta a los maestros.
Total que no fué si no hasta un par de semanas después de los cambios cuando me dí cuenta de mi estupidez al no entrar en el grupo 602, pero ya no había manera, fuí a hablar con Magaly y me lo prohibió terminantemente. Al igual que los años anteriores entré al musicuam y como optativa escogí psicología, creo que se llamaba higiene mental, la daba Nora. En el musicuam conocí a Samantha, una chica extrovertida que me llamó la atención por la soltura con la que se desenvolvía pero no fué si no hasta un mes después cuando comenzamos a frecuentarnos en los recreos. Ella estaba en el mismo salón que mi hermana lo que probó ser un gran fastídio meses después pero de momento no fue notorio.
Comenzamos a platicar de temas de opinión no polémica, libros y cosas así pero eventualmente le platiqué de caballo de troya que estaba leyendo en ése momento y me solté en una diátriba filosófica, histórica y analítica que estoy seguro no la aburrió (ni tampoco a los que me escucharon), pero resulta que ella es cristiana, así que dí en el clavo de un tema de conversación...
Terminamos enamorándonos, y no me di cuenta cuándo dejó de mirarme a los ojos pero ciertamente era maravilloso. En diciembre para vacaciones nos despedimos y le dí un prendedor damasquinado que había traído del viaje a Europa y cuando nos abrazamos sentimos “olitas” a nuestro alrededor. Ambos quedamos sorprendidos y maravillados. Muchos días después de regresar a clases y morir de nervios, pensarlo mil veces, dos mil veces, pinchemil veces me decidí y el 21 de enero me declaré. Fué un día excepcional, todas las clases pensando en el inminente evento, planeando las palabras y la inflexión, comprar las flores, las posibles respuestas, etc. A la hora de la salida me fuí corriendo a la luna y compré unas rosas rojas, las mas bonitas que había (pues hay de varios precios) y regresé apresuradamente a la escuela, los nervios atenazando mi estómago con una furia difícil de creer. Al llegar descubrí que aún no salía de clases pues ellos tenían un plan de estudios diferente al de nosotros así que tuve que esperar y escondí las rosas por allí. Cuando salió me la llevé platicando tranquilamente pero una de sus amigas iba con nosotros, eventualmente se distrajo saludando a una persona y aproveché ese instante para decirle a su amiga que ahuecara, que muy pronto se enteraría de todo. De una manera que no resultó sospechosa ella se despidió y nos dejó solos, así que nos encaminamos hacia las canchas en donde tenía mi mochila y las flores y justo a mitad de la previsible conversación que fué cuando llegamos interrumpí con mi pronunciamiento amoroso. Obtuve un corto y simple pero delirante y extático sí y de esa manera comenzó mi primer noviazgo verdadero (el 1º fue cuando iba en 1º de primaria y mi novia era una chica de 6º).
Como era de esperar, nos veíamos con frecuencia cada vez mayor y conocí pronto a su familia. Claro que ellos también eran cristianos y la “conversión” no tardó en hacerse esperar. Yo era católico aunque realmente no creía en la virgen, por lo que sentían un peligro para la integridad espiritual de su hija el que yo no fuera cristiano. Presiones de ellos hacia mi Sam o hacia mí, con largas pláticas acerca de jesucristo y su infinita misericordia pero nunca llegó a ser fastidiosísimo, tan sólo era un percance menor y afortunadamente ocasional.
Un par de veces (bastante mas de hecho) me invitaron a sus reuniones-plática de los jueves que organizaban en su casa pero nunca fuí, siempre encontré la excusa o el pretexto ideales.
Para esa época también estaba en la banda “Few Mother” y los integrantes éramos: Chucho, Ricardo Pompa, Felipe Bojorques, Ernesto y yo. Principalmente tocábamos covers que iban desde lo mas insulso del pop hasta metal speed. Teníamos alrededor de 15 canciones y en nuestras mejores épocas llegamos a sacar una canción en un ensayo. Ric era el bataco, Feli el tecladista, Neto la guitarra de acompañamiento y yo el bajista (y por supuesto Chucho era el guitarrista principal y vocalista). Hacia febrero comenzaron las fechas de exámenes de admisión y yo ya estaba mas que resignado con mi grupo en la escuela. Se me pasó la fecha de La Salle pero hice exámenes en la Unitec, la Uam y la Unam. En todas me quedé pero no fué hasta mayo cuando me enteré.
Regresando a la vida amorosa pues todo era miel sobre hojuelas, exceptuando algunos incidentes claro, como que tuve que practicar lengua con las tiritas que traen las cajetillas de cigarros para abrir el celofán (si, para besar mejor) o algunos enojos insignificantes de minutos. En resumen, la vida ideal. Muchas veces papá me prestaba el carro para ir a los ensayos y en general me sentía satisfecho y feliz, completamente lleno.
Hacia fin de año resulta que reprobé 3 materias: Cálculo, Dibujo y Física. Presenté los extraordinarios de primera vuelta y sólo aprobé física, así que me preparé para la 2ª vuelta y reprobé las 2 materias. La única salida era ir a la Unam a la Dgae a presentar por mi cuenta los exámenes y fué un verdadero problema hacer el trámite pero resultó que el Cuam tiene un nivel muchísimo mas elevado que la Unam, así que aprobé los dos, dibujo con 8 y cálculo con 9 y para cuando terminé mis exámenes sólo me quedaba una semana de vacaciones. Tenía un mes de estudio intensivo desde que terminaron los finales y no había visto a Samantha en todo ese tiempo. En realidad ella me había dicho claramente que no quería una relación a distancia y que si me iba al df terminaríamos. En realidad todo fue muy rápido, hice las maletas y me preparé para la mudanza, todavía no sabía por cual me decidiría pero no podía dejar de pensar en ella. La solución mas simple era ciertamente continuar como estaba: sin hablarle. En realidad nunca cortamos oficialmente y no lo sentí como un final doloroso pero la extrañé (y extraño) horrores.
La vida en el distrito comenzó gris y monótona. Una visita a la Unitec me hizo descartarla así que sólo quedaban la Unam y la Uam. Las órdenes paternales dictaminaban que viviría con mi abuela (paterna) y en general podría decir que era tolerable pasando por alto los hechos de que me quería sobrealimentar (x ej: me preguntaba si quería tortillas y aunque me negara la calentaba de todos modos y me la daba o la típica sopa exquisita que sobraba me decía ¿no la quieres? No abi, gracias. Entonces se la doy a la perra. Claro que las primeras veces sucumbí al chantaje pero después me valió y sus manipulaciones se fueron a pique) o que me tenía vigilado (le daba reportes semanales de mí a mi papá) o que me decía que me cortara el cabello (fastidiosísimo, lo tenía que escuchar a diario) o que se preocupara por mí demasiado (sobreprotección asfixiante). Al cabo de unos meses lejos de mi familia, amigos, casa, ex-novia y todo a lo que le tenía afecto me deprimí. Dejé de entrar a clases y me quedaba leyendo en los jardines de la universidad, regresaba entrada la tarde como si nada hubiera pasado y me subía a mi cuarto a jugar computadora para rellenar lo demás del tiempo y evadir mis penas. Cuando el trimestre finalizó obviamente había reprobado todas las materias y yo estaba sumido en el fracaso.
Así terminó el año 2000 y las cosas no tenían pinta de mejorar.
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